Sería de indudable éxito común lograr convertir esta propuesta en un hecho. Pues considero que los cambios políticos e ideológicos de un país no deberían afectar al sector educativo.
Pues lejos de beneficiarnos de un sistema concreto estamos expuestos siempre a la alternancia de gobiernos antitéticos que persiguen intereses internos adscritos al ideal de turno que les garantice un mayor número de votos.
Por ello creo que la educación estatal debería desfragmentarse de manera independiente y estar constituida por profesionales docentes que garanticen un sistema educativo estable y adaptado siempre a las peticiones regionales y autonómicas que intervengan en cada situación.
Grupo 2: Mejorar la motivación
Quizá uno de las mayores complicaciones del compromiso educativo es generar interés en el alumno.
Considero que cualquier educador debería profundizar y ejercer el arte de la retórica para enfrentar esta trama. Inventio o invención, Dispositio u ordenamiento, Elocutio u ornato, Memoria y Actio o acción. Las máximas ciceronianas, en definitiva.
Intrínsecamente, para elaborar lo atractivo de ese discurso habría que conectar con los alumnos. Someter a pruebas que vayan más allá de calificaciones académicas. Ser un coach y luego, un profesor.
Grupo 3: Familias más presentes
Escuela y familia. Dos pilares fundamentales en la educación de cualquier niño. Lo ideal sería entender este enlace como fundamental para que padres y profesores tuvieran un contacto permanente durante el curso.
Suena utópico pero podría estudiarse la posibilidad de ceder horas laborales para acudir a un determinado número de reuniones entre docentes y responsables legales de cada menor. A veces la carga de trabajo hace que algunos niños no tengan ese apoyo familiar o que les resulte complicado implicarse tanto y colaborar con el centro educativo.
Grupo 4: Mayor inversión
Un Estado que no invierte en Educación se enfrentará a un terrible vacío existencial tanto individual como colectivamente. Las oportunidades y crecimiento de un país siempre van a depender de la formación cultural de sus ciudadanos.
Por la tanto, teniendo en cuenta este análisis, habría que concienciar a los jefes de gobierno o máximos responsables de cada región de las garantías que proporciona esta inversión. Al fin y al cabo, educación y formación van a generar desarrollo económico y tecnológico. Propondría campañas generales para reforzar este aspecto. Habría que concienciar y tomar partido, tener clara la importancia de la educación e invertir en ella.
Por ejemplo, se me ocurre que exista una renta obligatoria para fomentar las cuantías económicas destinadas al sector educativo. Y que colaboren los máximas potencias económicas del estado.
Grupo 5: Mejorar la formación y valoración social del profesorado
Precisamente una profesión tal como la de educar debería situarse con firmeza a la cabeza de cualquier país. La docencia va adscrita al ser humano como raíz del mundo y así debería entenderse.
Una de las opciones que se me ocurren nuevamente es la concienciación. Los jefes de gobierno deberían apoyar al sector educativo igual que lo hacen con las fuerzas del estado mediante campañas y ensalzamiento público.
Respecto a la formación, creo que, en general, se reciben unos conocimientos óptimos y que los centros tienen una plantilla educativa capacitada para ejercer la labor de enseñar. Aunque sí pienso que los profesores están poco remunerados con relación a otras profesiones y sobre todo con relación a su función social. Una persona que se encarga de formar a otras no deja de ser una inversión de futuro, un compromiso común y eso, debería ser económicamente mejor correspondido.
Grupo 6: Cultura del esfuerzo
A todos nos pesa la historia, el paso del tiempo. Y a mi parecer, la educación en el aula ha desvirtuado mucho. Y se nota que los alumnos no manifiestan demasiada motivación. Parece que van a clase como a la guerra, salvando la exageración. Se aburren, están acostumbrados a una nueva era tecnológica donde cualquier información pueden obtenerla de sus dispositivos móviles.
Como sería la recaudación de la Liga Española de Fútbol u otras actividades que originen importantes cantidades monetarias. A la vez se cobre este impuesto y se destine a fomentar y mejorar la educación de todos.
Y si somos capaces de ensalzar este mérito, los educadores tendrían otra posición más elevada.
Entonces, el concepto tradicional de didáctica debería enfocarse desde la participación y la integración de los alumnos. Es muy difícil explicar álgebra o historia, pero podría hacerse de manera atractiva con ejemplos actuales en los que los alumnos se vieran reflejados. Sería una sugerencia transformar las clases en prácticas, construir un marco teórico adaptado siempre a la época. Unos apuntes propios de cada profesor que sean distintos y que se compaginen con una didáctica moderna.
Grupo 7: Orientar mejor hacia el empleo
Orientar: dar a alguien información o consejo en relación con un determinado fin.
Partiendo de esta base, el departamento orientativo requiere un análisis individual de cada alumno para poder establecer una evaluación conjunta siempre dirigida a sus objetivos personales.
Se deberían estudiar las competencias, como digo, individuales y procurar advertir desde la experiencia de a qué va a enfrentarse ese alumno. Recuperando el hilo del postulado anterior, habría que motivar por encima de todo a la persona a conseguir su meta. Los profesionales que entregados a esta labor deben hacer creer al alumno que es capaz de lo que se proponga y que si quiere ser artista, no deje nunca de intentarlo. Aunque quizá lo ideal para él fuera estudiar ingeniería.
Exponer las habilidades del alumno y entender que a lo único que debe aspirar es a encontrarse a gusto consigo mismo dentro de una profesión que cubra todas sus necesidades vocacionales. Habría que obviar muchos consejos prácticos y encaminar a un futuro de entrega y pasión. Lejos de la ambición o la superficialidad de un sueldo, una salida profesional u otros factores que, al final, no son los que nos harán felices.
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